Una decisión. Dos caminos. Escoger el erróneo... y no ser capaz de arrepentirte.
Todo a mi alrededor se ha nublado y la tormenta moja mis huesos esparcidos por el suelo, me consumo. Como se consumen las horas mientras me acuerdo de tí. Qué puedo hacer si no hablar es lo que mejor sé, y te avisé, prefiero escuchar a tener que hablar y no tener nada que decir.
Y ahora qué, tú no sabes y yo me hundo. Nadie ha preguntado dónde estoy, nadie y todos saben. Todos saben menos tú, que tengo una espada clavándose en mi espalda.
Estoy perdida y los relámpagos ciegan mi camino.
Quiero hablar y siento un nudo que me ahoga.
Quiero andar y no tengo fuerzas.
Quiero gritar... y sólo consigo llorar.
Ahora más que nunca, ahora menos vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario