
En apenas dos horas me largo a la playa unos días. Después del trepidante junio que he tenido ya va tocando un merecido descanso mental y psicológico. Nada como agarrar la arena con la mano mientras el sol atraviesa tus párpados para descongelar la sangre que se había estancado en todas las esquinas de mi cuerpo.
Este verano es especial, y desde hoy estoy dispuesta a exprimirlo como si fuera el último... porque de hecho lo es.
Amigos, familia, viajes, sonrisas, horas conduciendo, música, fiestas, sol, deshoras...
Gracias Julio, no sabes cuánto te echaba de menos.
¡Agur!
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