martes, 27 de enero de 2009

Volar...



Utopía o no… lo necesito.

Soy consciente de los límites de la razón y el empirismo, incluso puedo aceptar morir de anhedonia* crónica, pero por favor… no destruyas la poca materia gris que me queda. Mis neuronas ya perdieron el camino de vuelta una vez y no quiero que las pobres tengan que pasar por esto, que los dioses me libren de reeducarlas de nuevo.
Quizá hace un tiempo hubiese dudado de la gratificación al conseguir la ansiada disociación cuerpo-mente, pero hoy… creo que me lo merezco.

Me he portado bien.

Además, tan sólo eres un estúpido órgano visceral que se limita a bombardear sangre de un lado a otro, qué más te da olvidarte de mí por un tiempo.
Tú sigue a lo tuyo que ya vivo yo por mi cuenta.

Fue un placer conocerte.




*Desaparición total de las sensaciones placenteras durante actos que normalmente producen placer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu eres todo corazón. Deja a la mente mejor.